APRENDIZAJE EN GRUPO: Soluciones a incidencias y conflictos
1. Alumno al que le gusta hablar y ser protagonista de
todas las actividades, interrumpe y no deja participar al resto de
compañeros:
Se trata del alumno “dominante”. En este caso, el docente deberá actuar con mucha diplomacia, fomentando la participación del resto de miembros, por ejemplo realizando preguntas dirigidas a alumnos concretos, pidiendo opiniones por turnos o dividiendo al grupo en subgrupos.
Se trata del alumno “dominante”. En este caso, el docente deberá actuar con mucha diplomacia, fomentando la participación del resto de miembros, por ejemplo realizando preguntas dirigidas a alumnos concretos, pidiendo opiniones por turnos o dividiendo al grupo en subgrupos.
2. Alumna reacia a colaborar en las
actividades grupales. Se mantiene al margen y tiene miedo de expresar sus
opiniones:
Es la alumna “pasiva”. En ocasiones, puede ocurrir que un alumno, bien por timidez, o por un complejo de inferioridad con respecto a los otros miembros del grupo, no se atreva a intervenir por temor de ser juzgado por sus compañeros. Por tanto, el docente deberá prestarle una especial atención, focalizarse en animar a este alumno a colaborar, y vigilar de cerca las respuestas que obtiene de los otros participantes, ya que este tipo de alumno puede ser más susceptible de lo normal ante las posibles críticas de sus compañeros.
Es la alumna “pasiva”. En ocasiones, puede ocurrir que un alumno, bien por timidez, o por un complejo de inferioridad con respecto a los otros miembros del grupo, no se atreva a intervenir por temor de ser juzgado por sus compañeros. Por tanto, el docente deberá prestarle una especial atención, focalizarse en animar a este alumno a colaborar, y vigilar de cerca las respuestas que obtiene de los otros participantes, ya que este tipo de alumno puede ser más susceptible de lo normal ante las posibles críticas de sus compañeros.
3. Alumna que detesta trabajar en grupo. Tiene una
actitud negativa frente a las actividades propuestas, las cuestiona y contagia
de su insatisfacción al resto, con sus comentarios:
Se trata de la alumna “escéptica”. En este caso el docente debe proporcionar la realimentación positiva a sus intervenciones, destacando los aspectos más positivos de los contenidos sobre los que se trabaja, fomentando así su motivación intrínseca acerca del trabajo en grupo. Así, esta alumna en algún momento, empezaría a darse cuenta de que por mucho que piense que lo sabe todo y que no necesita a los demás para desarrollar la actividad en cuestión, las aportaciones del grupo pueden ser valiosas y enriquecedoras, y que siembre habrá algo nuevo que aprender de los demás.
Se trata de la alumna “escéptica”. En este caso el docente debe proporcionar la realimentación positiva a sus intervenciones, destacando los aspectos más positivos de los contenidos sobre los que se trabaja, fomentando así su motivación intrínseca acerca del trabajo en grupo. Así, esta alumna en algún momento, empezaría a darse cuenta de que por mucho que piense que lo sabe todo y que no necesita a los demás para desarrollar la actividad en cuestión, las aportaciones del grupo pueden ser valiosas y enriquecedoras, y que siembre habrá algo nuevo que aprender de los demás.
En definitiva, se trata de resolver de la mejor manera posible los
conflictos que puedan surgir a raíz de la presencia de determinadas
personalidades en el grupo, intentando preservar y fomentar el buen clima y su
cohesión desde que el grupo nace hasta que concluye, ya que un grupo bien
cohesionado y con objetivos claros, puede
ser mucho más que la suma de todas sus partes.
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