ROL DEL FORMADOR COMO DINAMIZADOR-COORDINADOR

En la formación de adultos, el trabajo en grupo, al ser de carácter participativo y colaborativo,  juega  un  papel   muy importante a la hora  de generar  interés y motivación en   los   alumnos.  El  docente debe  por   tanto  no sólo   facilitar la formación y cohesión del grupo,  sino también la comunicación  y el aprendizaje, siendo el formador parte activa dentro de dicho grupo.
Para que esto se cumpla, y se den respuesta una serie de actitudes positivas o negativas propias del alumno adulto (resistencia, interés, curiosidad limitada, impaciencia, emotividad, responsabilidad, verificación y motivación), el docente debe cumplir una serie de complejas funciones, siendo las principales:

        1º.-Preparar y guiar cada sesión

2º.-Exponer las ideas sin imponerlas, ya que los adultos están acostumbrados a tomar decisiones y necesitan participar activamente en el proceso de aprendizaje, por lo que por regla general, rechazan cualquier sistema de aprendizaje impositivo.

3º.-Incentivar a los alumnos para que cada uno asuma el rol que mejor se adapte a sus necesidades y capacidades, lo que sin duda evitará posibles frustraciones y fomentará el aumento de su motivación e interés.

4º.-Incentivar a los alumnos con menor iniciativa para fomentar su participación y motivación, proponiéndoles actividades y objetivos concretos más personalizados que luego se añadirán dentro de los objetivos generales del grupo.

5º.-Garantizar un clima positivo dentro del grupo, mejorando la relación y comunicación entre sus integrantes. Es fundamental que el grupo esté bien cohesionado para que haya suficiente retroalimentación entre sus componentes y así se consigan llevar a buen puerto los objetivos de cada actividad.

6º.-Solucionar los posibles conflictos que puedan surgir de la división de roles y la propia dinámica grupal. Para ello, el docente deberá establecer dinámicas de presentación para limar posibles reticencias entre los alumnos, diseñar actividades adecuadas tanto a los objetivos propuestos como a las capacidades y necesidades de los alumnos, y planificar los tiempos de las actividades de una forma realista.


Además de todo esto, el docente debe potenciar la sensibilización de los alumnos hacia el trabajo en grupo, fomentando el diálogo, la reflexión grupal sobre las metas y objetivos, y el compromiso y la responsabilidad de cada alumno para con el grupo.

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